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Me sentía fuera de lugar, no quería saludar a nadie y que nadie me saludara a mí. Pasaba rápido por los pasillos, escondiéndome de aquellos cargos políticos que conocía, se respiraba mucha hipocresía.

viernes, 2 de octubre de 2015

DIARIO DE UNA PARLAMENTARIA


Iba caminando, concentrada en llegar a mi casa, cansada después de salir del Parlamento, cuando alguien me mira sonriendo y se dirige hacia mí. Con su cara iluminada de alegría me pregunta, ansiosamente, "qué tal, cómo les va en el Parlamento, cuenten algo…" yo me doy cuenta entonces de que lo conozco, nos hemos visto muchas veces, hemos cruzado algunas palabras… quiere saber, necesita saber, cómo le va al nuevo y flamante grupo parlamentario de Podemos.

Son muchas cosas las que me vienen a la mente, y a la vez pocas palabras las que salen de mi boca…"bien, bueno, aprendiendo, no sé, algo raras en ese ambiente, a veces deprimente, a veces ilusionante…"  en ese momento quiero contarle el mundo entero, quiero satisfacer su curiosidad, su expectación es enorme y yo quiero darle lo que quiere oír, hay tantas anécdotas que contar, él se ríe, "cuando se nos acercó un ex-presidente del Gobierno a darnos la mano, cuando una diputada del PP enseñaba las fotos de sus vacaciones en un Pleno,... estamos reconstruyendo ahora mismo nuestro espacio, ¡estamos aún conociéndonos entre nosotras!,  organizando el trabajo, ¡pero si ni siquiera sabemos usar aún la fotocopiadora inmensa que tenemos! (¿saben que ahora el fax llega y se manda por correo electrónico?), ni siquiera sabemos usar esos teléfonos, … ". Él reía más y su cara se iluminaba cada vez más.

Sorbía cada palabra, cada frase que yo decía, y me di perfecta cuenta de que me debía a él, a él y a toda la gente que espera algo de nosotras, las personas que les representan en el Parlamento. Sentí una inmensa zozobra por dentro, sentí que ésa era otra más de mis responsabilidades al asumir esta importante tarea. No sólo debía aprender mucho para responder con rigor en el Parlamento, no sólo debía estar al tanto de todas las noticias para ir a la radio cuando me lo pidieran y estar siempre dispuesta a ir para hacerlo bien, no sólo tenía que pensar en cuáles iban a ser mis primeras iniciativas parlamentarias, no sólo tenía que recibir y trabajar para los movimientos sociales y organizaciones, preparando mociones, preguntas o interpelaciones… también debía transmitirles el día a día de su parlamentaria, debía hacerles sentir como si todos y todas, fueran parlamentarios y parlamentarias.

Fui consciente de que no querían sentir que nos votan cada cuatro años y que ya no saben más de nosotras, … quieren sentirse protagonistas, en primera persona, de esta revolución pacífica en las instituciones… y yo estoy completamente de acuerdo con él, lo entiendo perfectamente, no podemos desarticular ni desinflar el movimiento social, de abajo a arriba, es más, en estos momentos que estoy dentro de las instituciones, siento más que nunca la necesidad de que se mantenga vivo, de que sean ellos y ellas, las que nos ayuden a nosotras. Debemos retroalimentarnos, contarnos, entender nuestras fortalezas y debilidades, cada una desde su lugar en la lucha.

En aquel momento, le conté todo lo que pude y lo que se podía en medio de la calle a las dos de la tarde… pero nos supo a poco, y le dije, "la verdad es que deberíamos hacer una charlita para contarles nuestras impresiones" en ese edificio llamado Parlamento, que tanto significa y que a la vez tan bajo ha caído…

No me he olvidado de ese compromiso que adquirí conmigo misma, pero no había encontrado aún la manera ni el momento para pensar en ello,…hasta hace varios días, que de forma profunda y emocionada, lo vi claro. Escribiría un blog, me dio miedo y pensé que no sería capaz de hacerlo bien, pero como todas las cosas que uno siente desde lo más hondo y desde el corazón, supe que lo conseguiría y que lo haría desde la fuerza que da el amor. Desde la fuerza que da el agradecimiento y las ganas de no fallarle a tanta gente, desde la fuerza que da el pensar que una sonrisa emocionada de alguien que lea esto me compensa el trabajo de hacerlo, y ahora que lo estoy escribiendo, veo que la primera que está emocionada y disfrutando soy yo, y que las palabras salen solas y tienen voz propia.

Enrique, por ti y por todo lo que representas, por haberme motivado e inspirado, te dedico este blog.

Empieza el relato…


Nota: Habrán visto que utilizo el femenino y el masculino de manera indistinta.  Intento ser inclusiva y sentirnos integradas, mujeres y hombres, cuando utilice uno u otro. Espero que ésa sea la única licencia que me permita con respecto al uso del lenguaje y no lo destroce en el resto.

4 comentarios:

  1. Creo que es la primera vez que alguien en política dice estar aprendiendo, lo cual agradezco en un mundo político plagado de los que todo se lo saben. Buena iniciativa este blog y menos mal que tenemos gente como Asun en el parlamento!!!. Es para mí la primera vez que se de qué hablan y lo entiendo. Gracias !!!

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  2. Da gusto saber que hay gente de su calibre hablando y exponiendo con esa verdad, frágil y fuerte a la vez. Me anima saber que en el camino de la utopía me puedo encontrar con usted. Siga brillando y luchando por lo imposible, siga siendo realista. El na realidad donde todas tengamos un sitio con valores y dignidad.

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  3. La verdad es que sólo por estos comentarios ya vale la pena seguir esforzándonos. Es cierto que una se siente frágil y fuerte a la vez, y también muy sensible y con temor a no hacerlo bien. No recuerdo una época en la que haya estudiado tanto como este tiempo de parlamentaria (si descarto los tres meses de estudio para prepararme las oposiciones, pero que no tenía otras responsabilidades, ni de hablar en público, ni de familia, ni de muchas otras cosas más). Muchas gracias por el apoyo y el ánimo que me dan! :)

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  4. Las gracias son para ti Asun, sabíamos que lo harías estupendamente, siempre fuiste una persona ética y comprometida así que no podía ser de otra manera...

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